jueves, 6 de marzo de 2014

La elíptica, esa gran amiga, si se usa bien

La elíptica es esa máquina de gimnasio que los corredores solemos utilizar cuando queremos reducir el número de impactos de nuestro entrenamiento sin perder el “gesto deportivo”. Pero su utilización tiene unas condiciones que no te puedes saltar.

Si no estamos lesionados, la mejor herramienta que tenemos para entrenar es la carrera a pie: allí se utilizan los músculos de la misma manera que en competición (sólo que a una intensidad más baja), se endurecen nuestros huesos y se fortalecen nuestros tendones si corremos con una buena técnica de carrera. Pero si los impactos nos impiden correr (fracturas por estrés, esguinces, periodo de rehabilitación, etc), la elíptica puede ser una buena alternativa, pero atento a las limitaciones.
Es necesario leer un estudio reciente llevado a cabo por McGill y titulado “Cómo se diferencia la elíptica del caminar: estudio sobre la movilidad del tronco y su actividad muscular” (How do elliptical machines differ from walking: a study of torso motion and muscle activity). En este estudio se descubrió que al entrenar en la máquina elíptica, con independencia de dónde se coloquen las manos (libres, en el centro o en los agarres móviles), la columna lumbar se curvaba más en flexión que al andar; y lo mismo ocurría en el caso de la rotación, donde los movimientos eran mayores que al andar.
Al llevar los pies en contacto con el suelo en todo momento, la columna no tiene el normal balanceo lateral y, en cambio, aumentan estos dos movimientos de flexión y rotación. En la mayoría de los casos, no es un tema perjudicial pero… ¿y si padeces de las lumbares? Quizá recordarás que el hecho de agacharse y girarse es el movimiento típico de las hernias lumbares. Entonces… ¡¡¡cuidado!!!
La elíptica no suele producir hernias porque la intensidad de la flexión y rotación es pequeña, pero tiene el problema de la insistencia. ¿Has calculado cuántas veces se va tu columna lumbar a flexión-rotación durante media hora de elíptica? Sólo tienes que multiplicar los minutos por el número de pasos que das por minuto (unos 120, por ejemplo). El número que te sale es muy grande, sin duda.
No significa que la elíptica sea una máquina prohibida, pero antes de subirte a ella deberás valorar qué ganas y qué pierdes. En cada caso, escoge la máquina que te resulte más eficaz y aleja las lesiones de tu cuerpo.

fuente runner.es

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